Siempre he pensado que la cámara es solo un instrumento y que las fotos se hacen con luz y visión personal, pero a veces la diferencia entre obtener una gran imagen y no obtener nada está en la cámara.
Una prueba evidente es la reciente portada de la revista New York. Los ingredientes: poca o ninguna luz, el viento y las vibraciones propios de un helicóptero sin puertas y la «supertormenta» Sandy sobre Manhattan. Según cuenta Poynter el autor de la foto, Iwan Baan, disparó con una Canon 1D X con un zoom 24-70mm abierto al máximo, a 1/40sg y lo más curioso, a una sensibilidad de 25.000 ISO.
Sin llegar a esos extremos de 25.000 ISO, es cierto que una de las grandes revoluciones que ha venido con la fotografía digital es la capacidad de disparar fotos nítidas en situaciones de poca luz y/o mucho movimiento sin trípode ni flash. Es algo que mejora con cada nuevo modelo y que, según el tipo de fotografía que practiquemos, puede ser un motivo real para cambiar de cámara por encima del puro capricho de estar a la última.
Volviendo a la foto de la tormenta, otro dato revelador: el autor tomó durante el vuelo entre 2.000 y 2.500 fotos: un 80% borrosas, un 20% aceptables y sólo un 1% nítidas. La conclusión es que en ciertas situaciones la prueba y error es un método perfectamente válido y es mejor disparar a discreción a esperar ese momento y encuadre perfectos que no llegan nunca.
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