Cómo proteger tus fotos en internet: guía práctica para evitar el robo de imágenes

Publicar tus fotos en internet siempre conlleva un riesgo: cualquiera podría descargarlas y utilizarlas sin tu autorización. Sin embargo, eso no debería ser motivo para dejar de compartir tu trabajo. En este artículo te damos algunos consejos prácticos para proteger tus fotos en internet y evitar el robo de imágenes.

Como siempre decimos al hablar de este tema, es importante asumir que ninguna medida es infalible. Se trata, más bien, de ponerle las cosas difíciles a los ladrones de contenido, o al menos más difíciles que en otras webs. Si hay dos coches similares aparcados en la calle y uno tiene alarma y el otro no, probablemente robarán primero el que no la tiene.

Usa marcas de agua

Una de las formas más directas de proteger tus fotos en internet es añadir una marca de agua visible sobre la imagen. Consiste en una imagen semitransparente, en forma de logo o texto de copyright, que se superpone a la fotografía original. Esto tiene dos efectos principales:

  • Permite colocar nuestra «firma» en la imagen, estableciendo claramente la autoría, incluso si la foto se usa sin autorización.
  • Resta utilidad a la imagen, ya que una fotografía con un logo superpuesto resulta poco atractiva en cualquier contexto.

Como veremos a continuación, la marca de agua es más efectiva cuanto mayor es su tamaño y más centrada está respecto a la imagen original. Evidentemente, no podemos colocar una marca tan grande que impida apreciar el motivo y la calidad de la fotografía; hay que buscar un equilibrio.

Cómo hacer más efectiva la marca de agua

Nuestra marca de agua será más efectiva cuanto más difícil sea de borrar sin afectar significativamente a la imagen original. Para lograrlo, podemos seguir algunas pautas:

  • Colocar la marca sobre zonas con más detalle y relevantes de la imagen. Siempre es más fácil eliminar una marca de un cielo despejado o una pared blanca que de un rostro o un árbol.
  • Evitar situar la marca muy cerca de los bordes. Así impediremos que se pueda eliminar simplemente recortando la foto.
  • Aumentar el tamaño de la marca. Evidentemente, cuanto mayor sea en relación con el tamaño de la foto, más complicado será eliminarla.

Cuándo añadir la marca de agua

En general, hay dos alternativas:

  • Preparar las fotos con la marca de agua antes de subirlas a la web. Para ello, puedes usar software especializado como Adobe Lightroom. Este método te ofrece total libertad, pero implica un trabajo adicional, ya que añade un paso extra cada vez que quieras subir o actualizar las fotos en tu página. Además, te impide vender las imágenes sin marca de agua, puesto que esta queda integrada de forma permanente en la foto original.
  • Usar un sistema web que permita subir la imagen y aplicar la marca de agua de forma independiente. Esta opción es mucho más práctica: proteges las fotos públicas en la web con la marca, mientras los originales se mantienen sin modificar para generar miniaturas o archivos de descarga en caso de ventas.

En Bluekea usamos este segundo método. Nuestro sistema te permite usar tu propia marca o una generada en la propia web, con diferentes posiciones y marcas independientes en cada galería.

Si quieres leer más sobre las marcas de agua, tenemos un artículo completo dedicado al tema.

Controla el tamaño máximo

Otra medida útil para evitar el robo de imágenes es limitar el tamaño y la calidad de las fotos que subes a tu web. Así, el tipo de uso que puedan dar a tus fotos en caso de robo depende, en parte, de sus dimensiones: a mayor tamaño, más posibilidades de uso, incluso para impresión. Si en tu web las fotos se muestran a tamaño completo, puedes limitar este tamaño a unas dimensiones máximas de unos 1200 píxeles en el lado más largo. La idea es que las imágenes tengan el tamaño mínimo necesario sin perder calidad. Puedes probar con varios tamaños, reduciéndolos progresivamente hasta encontrar un equilibrio adecuado.

Es importante destacar que, cuando hablamos de tamaño, nos referimos siempre a las dimensiones en píxeles de la imagen (ancho por alto). Si estás pensando en reducir la resolución en puntos por pulgada (ppp), no pierdas el tiempo, porque no sirve de nada: como explicamos en este artículo, la resolución no es un parámetro relevante en imágenes para web.

Por último, también puedes limitar la calidad de la foto —y, por tanto, su utilidad en usos no autorizados— aumentando la compresión del archivo en formato JPEG. Aquí el margen es más limitado, ya que, si excedes la compresión, las fotos pierden nitidez. Una vez más, se trata de encontrar el equilibrio entre protección y calidad.

Evita la descarga directa

Los navegadores se lo ponen muy fácil a los ladrones de contenido. Nada hay más sencillo que seleccionar y copiar un texto en una web. Con las fotos, el proceso es casi igual de fácil: en el ordenador, basta un clic con el botón derecho del ratón para acceder a la opción de descarga; en el móvil, se puede hacer arrastrando la imagen o manteniendo pulsada sobre ella.

Foto que muestra un mensaje de copyright al pulsar con el botón derecho sobre la misma.
En las webs de Bluekea, al pulsar con el botón derecho del ratón, se muestra un nota de copyright

Afortunadamente, existen mecanismos que muchas webs implementan para evitar estas acciones: impiden que se abra el menú contextual al pulsar el botón derecho del ratón y, en su lugar, muestran una nota de copyright; además, en el móvil, utilizan una especie de velo o escudo para que no se pueda tocar ni arrastrar la imagen.

Estos dos métodos los usamos en las webs para fotógrafos de Bluekea. Si tienes tu web en otro sistema, consulta a tu proveedor o administrador sobre esto.

Primero, hay que aclarar que en España las fotos pertenecen legalmente a su autor desde el momento de su creación, aunque no se explicite la autoría en la web que las contiene. Esto está protegido por la Ley de Propiedad Intelectual (LPI). Si vives en otro país seguramente exista una legislación similar.

Imagen que incluye en su pie una nota de copyright para protegerla de uso no autorizado.
Fotografía © Jesús Rodriguez. Prohibida su reproducción sin permiso del autor

Dicho esto, siempre es recomendable incluir, a modo disuasorio, un aviso de copyright para tus fotos. Puedes colocarlo como parte del aviso legal de tu web o, incluso, añadirlo bajo cada una de tus galerías. Un ejemplo de nota breve podría ser: «Todas las imágenes son propiedad de [tu nombre]. Queda estrictamente prohibida su reproducción sin el permiso expreso del autor.»

Si prefieres permitir el uso de tus fotos bajo ciertas condiciones (por ejemplo, que se comparta pero sin fines comerciales), puedes optar por una licencia Creative Commons. En su web creativecommons.org

Protégete de tus propios clientes si es necesario

A veces son los propios clientes del fotógrafo los que intentan conseguir las fotografías sin pasar por caja. El esforzado autor pone las imágenes en una galería privada o pública, incluso con marca de agua y en tamaño pequeño, y aún así algún cliente hace una captura de pantalla sin importarle que lleve la marca encima.

Imagen que muestra una máscara de protección donde solo aparece una fracción de la fotografía.
Sistema de máscara de protección en las galerías de clientes de Bluekea.

Para minimizar esto, existen algunas herramientas que permiten mostrar solo una parte de la foto, dejando el resto tras una máscara con opacidad elevada. La parte visible puede moverse con el ratón o el dedo para que el visitante pueda ver todas las zonas de la imagen, pero nunca toda a la vez.

Esto hace casi imposible que la foto pueda robarse mediante una captura de pantalla. Como cualquier otro método, no es infalible, pero añade un elemento muy importante en la protección de tus imágenes. Este sistema está disponible para las galerías de cliente en algunas webs de Bluekea.

En definitiva, aunque no existe un método infalible para proteger tus fotos en internet, aplicar varias de estas medidas puede ayudarte a evitar el robo de imágenes y mantener tu trabajo seguro sin dejar de mostrarlo al mundo.

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