Suele pasar: cuando estrenamos cámara, objetivos o trípode, solemos ser muy cuidadosos a la hora de prevenir un robo: no le quitamos la vista al resto del equipo cuando estamos haciendo una foto, evitamos dejar la mochila en el coche en ciertos lugares, etc. A veces, sin embargo, nos relajamos y descuidamos ciertas precauciones. Y en el momento menos pensado ocurre lo peor.
Esto me pasó hace pocos días. Fui a hacer fotos a una playa remota y tranquila, no había más de 20 personas y todas parecían de fiar. En un momento determinado tuve que volver a mi coche a por algo. Por no cargar con todo dejé el trípode junto a un árbol, total eran cinco minutos. Y cinco minutos después, el trípode no estaba. Alguno de aquellos respetables ciudadanos no lo era tanto, era más bien otra cosa. Peor es que te roben la cámara pero un buen trípode no es nada barato, y por un estúpido descuido me toca ahora comprar otro nuevo.
Pensé inmediatamente que hay que ser idiota para dejarse el trípode sin vigilar, pero pronto vi que no soy el único: una hora después del crimen, seguía yo tirando fotos a pulso en la misma playa con la esperanza de localizar mi trípode, y me fijaba en otros fotógrafos que, alegremente, dejaban su mochila abandonada en la arena y se enfrascaban en sus composiciones en la orilla veinte metros más allá. En el mismo viaje he visto personas que dejaban su portátil tranquilamente en la mesa de una cafetería para ir al baño.
Conclusión: no te despistes ni un minuto.
2 respuestas a No dejes tu equipo fotográfico sin vigilancia ni un minuto