Uno de los grandes logros de la fotografía de naturaleza es la difusión del conocimiento y la conservación del entorno. En ese sentido los fotógrafos de naturaleza hacen un gran papel. Sin embargo a veces la fotografía puede llegar a atraer mucha más atención sobre un lugar de la que éste puede soportar sin perder su carácter, y si esto lo combinamos con una gestión que parece más una explotación comercial, el resultado puede ser lamentable.
Incluso en los parques nacionales más populares de Estados Unidos como el Gran Cañón o Yosemite, basta caminar por un sendero durante media hora, hacia abajo en el primero y hacia arriba en el segundo, para dejar atrás las muchedumbres y disfrutar del lugar con un poco de tranquilidad.
En Antelope Canyon parece que esto es imposible. En las fotografías parece un lugar casi sobrenatural, y logicamente al verlas todos queremos estar allí para fotografiarlo o simplemente conocerlo. Para empezar tienes que pagar una entrada (esto ocurre en casi cualquier espacio natural protegido de Estados Unidos) y además una «visita guiada» que consiste en que te llevan hasta la entrada del cañón. Da la sensación de que la prioridad es obtener cuanto más dinero mejor. Es tan estrecho y corto y hay tanta gente y tantos fotógrafos con el trípode que aquello parece un estudio fotográfico.
En el parque nacional Zion, en Utah, se permitía el acceso a todos los vehículos hasta que se tomó la decisión radical de cortar el acceso en vehículo privado y ahora solo se puede recorrer en autobuses gratuitos, a pie o la mejor opción: en bicicleta.
Otro lugar emblemático, las famosas curvas de The Wave en Utah requieren un permiso que se concede solamente a unas pocas personas al día, y no se publican mapas precisos de la localización del lugar. Solamente van aquellas personas que tienen verdadero interés en ello.
Mientras Antelope Canyon no tenga una gestión un poco más racional, creo que es mejor quedarse con las fotos, aunque lo que muestran no sea el verdadero Antelope Canyon.
4 respuestas a La fotografía acabó con Antelope Canyon