Como fotógrafos nos preocupa que se usen nuestras fotos sin autorización en internet. Si encontramos una de nuestras imágenes en una página que no nos ha pedido permiso, se nos plantean varias opciones: pedir al autor de la web que pague por el uso de la foto, que al menos ponga nuestro nombre junto a la foto y un link a nuestra web, o que la retire de inmediato. Incluso podríamos denunciarle por violar los derechos sobre propiedad intelectual.
Lo que no se nos pasa por la cabeza ante un uso indebido de una imagen es pedir que desaparezca del mapa un sitio web o que deje de aparecer listado en buscadores como Google, sin aviso previo y sin dar opción a defenderse al propietario de la web. Tengamos en cuenta que el contenido de muchas webs es generado por los propios usuarios sobre los que el webmaster tiene muchas veces poco control; pensemos en Wikipedia, YouTube o cualquier blog en el que se admiten comentarios.
Pues bien, este descabellado método es el que a grosso modo proponen las dos nuevas leyes conocidas como PIPA (Protect IP Act) y SOPA (Stop Online Piracy Act) que van a votarse en el congreso de los Estados Unidos el próximo 24 de enero.
Aunque es una ley estadounidense que se aplicaría solamente en aquel país, no olvidemos que muchas webs europeas y de cualquier otra parte del mundo están alojadas en Estados Unidos, y que es Estados Unidos el principal motor de innovación en internet desde sus inicios con lo que ello implica en desarrollo económico y herramientas web de las que nos beneficiamos todos a diario.
Estas leyes tienen como fin acabar con esa piratería en internet que nos es tan familiar. La industria cinematográfica a través de sus lobbys está presionando con fuerza (y con montones de dinero) a los congresistas que deben votar si esto sale adelante o no. El problema según casi todas opiniones es que además de acabar con la piratería podemos acabar con la web tal como la conocemos y poner tantas trabas a las compañías de internet que se acaben destruyendo más puestos de trabajo de los actualmente destruye la propia piratería.
Durante el día de ayer muchos sitios web como Wikipedia se mostraban oscurecidos como llamada de atención. A día de hoy la protesta de la comunidad de usuarios y compañías de internet y el eco que está teniendo en medios en Estados Unidos y resto del mundo está consiguiendo que algunos congresistas se echen atrás. Parece que por esta vez SOPA y PIPA, o al menos en su versión más radical, no van a pasar la votación. Esperemos que así sea.